Celda de electrólisis

Los componentes clave de una celda de electrólisis para el tratamiento de agua incluyen el ánodo, el cátodo, la solución de electrolitos y una fuente de energía externa. El ánodo y el cátodo, típicamente compuesto por materiales resistentes a la corrosión, sirven como sitios para reacciones de oxidación y reducción, respectivamente. La solución electrolítica, elegida según los objetivos específicos de tratamiento de agua, actúa como un medio para el transporte de iones entre los electrodos. Una fuente de energía externa, a menudo en forma de una fuente de alimentación de corriente continua, proporciona la energía necesaria para impulsar las reacciones electroquímicas.

Las células de la electrólisis encuentran la aplicación en varios procesos de tratamiento de agua, siendo la electroquímica un ejemplo notable. En este proceso, el ánodo facilita la oxidación de los iones de cloruro, lo que lleva a la generación in situ de cloro, un potente desinfectante crucial para eliminar bacterias, virus y otros microorganismos en el agua.

Más allá de la desinfección, las células de electrólisis se emplean en procesos de oxidación y reducción electroquímica para la eliminación de contaminantes como contaminantes orgánicos, metales pesados ​​y otras sustancias no deseadas presentes en las fuentes de agua. La aplicación controlada de energía eléctrica permite un tratamiento de agua dirigido y eficiente, contribuyendo a los objetivos más amplios de la sostenibilidad ambiental y la salud pública.